VALORES HUMANOS
VALORES HUMANOS: RESPONSABILIDAD

DIOS ES AMOR

CONGRESO LATINOAMERICANO DE EDUCACION EN VALORES HUMANOS

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RESPONSABILIDAD


"Nacer como ser humano es un regalo precioso, y después de haber recibido esta bendición, el hombre debe intentar lo máximo para lograr la Divinidad que reside en él. Debe
tratar de manifestar lo Divino en su vida cotidiana; utilizando tres instrumentos: la mente, la palabra y el trabajo.
Cuando estos tres elementos se utilizan correctamente, contribuyen al desarrollo total del ser humano; pero cuando se usan mal, el
hombre se arriesga a convertirse en animal".
(1)

Hoy en día, el hombre no se esfuerza por entender la diferencia fundamental entre el dictado de Dios que le ha sido confiado a él en cuanto ser humano, a diferencia de los otros seres vivientes. No se plantea el interrogante respecto de qué es lo que ha logrado durante su vida y en qué forma le ha sido útil a los demás. Termina su vida sin haber contestado ninguna de las preguntas básicas.
Cuando uno se encuentra rodeado por diferentes personas que ridiculizan su cultura, resulta sorprendente que no se sienta afectado por semejante situación.(2)
Para nuestra vida espiritual, la base la constituye el Dharma (la Rectitud). La Rectitud y las Acciones Correctas no dependen de algún individuo, ni dependen tampoco de un período de tiempo, una época o una situación en particular. El Dharma depende tan sólo de la Verdad. Es por ello que se ha dicho que no existe otro dictado de Dios que no sea la Verdad. Es, en verdad, una gran necedad el comportarse de acuerdo a lo que le venga a uno en mente de manera impulsiva e imaginar que ello es Conducta Recta. Es absurdo pensar que practicar la Rectitud es comportarse de acuerdo con las ideas propias. Para alcanzar la Rectitud es necesario ser capaz de desarrollar el equilibrio mental y la ecuanimidad y, para ello, uno deberá tener una mente y un pensar que no vacilen.(3)
Ustedes están totalmente conscientes de las características de este Kali Yuga, por el que estamos pasando. A su alrededor encuentran injusticia, indisciplina, inmoralidad y falta de verdad, con sus atrocidades y atributos diabólicos. A pesar de todo esto tenemos que seguir adelante con una actitud firme y benigna hacia la vida. Casi todos los campos y clases sociales están contaminados con estos venenosos sentimientos, pero siendo el campo de la educación el más prominente, necesita nuestra especial atención. Para comenzar deberíamos indagar y tratar de saber por qué los padres o los estudiantes o sus maestros están participando en actividades antiacadémicas. La principal razón de este desorden es que la mente humana es perturbada y dominada por dos diabólicos rasgos: el egoísmo y la ambición. Estas fuerzas impiden que los seres humanos comprendan los valores que conforman a la humanidad. No es digno de un hombre intercambiar su preciosa vida por deseos inútiles y ambiciones mundanas. El hombre no se vuelve inmortal ni por las acciones ni por la procreación ni por la fortuna. Lo que hace verdaderamente eterno es su espíritu de sacrificio. Por lo tanto, debemos tratar de hacer que nuestras vidas sean significativas, sacrificando las comodidades personales por el beneficio de nuestros semejantes y de la sociedad.
Es el deber de todo ser humano comprender y respetar a sus padres. Del mismo modo, en una nación, el deber de todo ciudadano es asimilar y valorar los antecedentes históricos y culturales de su país, y considerar a estos dos como su padre y su madre. En realidad, el que ignora la herencia histórica y cultural de su país es como si fuera una persona estúpida que no tiene ningún conocimiento de sus padres. Por eso hoy tenemos que realizar un múltiple progreso en el campo de la educación, y así mantenernos a la vanguardia de los hechos.
El objetivo de la educación es la formación del carácter y el fin del conocimiento es el amor. La educación no significa el simple conocimiento de los libros y el familiarizarse con ellos. Si nos concentramos en el conocimiento de los libros a costa de su aplicación práctica, estaremos desprestigiando el nombre mismo de la educación. La educación debería llevar a la humildad, lo que a su vez hace al individuo elegible y capaz. Esto lo provee de la riqueza material necesaria que le permite hacer algunas obras caritativas. La caridad lo hace feliz tanto en este mundo como en el mundo más elevado que está después de éste.
Actualmente pensamos sobre nuestros derechos y responsabilidades. Por un lado, tenemos la libertad individual y los derechos fundamentales, y por el otro, tenemos nuestras responsabilidades y deberes que debemos cumplir. Indudablemente, estamos preocupados acerca de nuestra libertad y de nuestro poder individual; pero no pensamos en la misma proporción en nuestros deberes. Debemos cumplir cabalmente nuestras obligaciones sociales y elevar así la reputación de nuestro país y su cultura. Hoy en día, las universidades no están brindando la debida atención a este aspecto cultural. El hombre no puede vivir aislado como una gota de aceite sobre el agua. Es un producto de la sociedad. Tiene que vivir en ella, crecer con ella y trabajar para ella.(4)
El proceso educativo debe volver al individuo una persona más feliz y más útil. También debe hacerlo un mejor ciudadano, capaz y dispuesto a contribuir al progreso de la nación a la que pertenece. Hoy en día oímos hablar mucho acerca del deber y la responsabilidad de cumplir con los deberes concernientes a cada grupo. Todo esto está muy bien. Pero el significado de las palabras no es comprendido adecuadamente. El estudiante piensa que "su deber" es sólo ser puntual cuando asiste al colegio y prestar atención durante las clases y otros ejercicios académicos. Los maestros consideran que han cumplido con su deber cuando asisten las horas establecidas y llevan a cabo los deberes que se les han asignado.
Se debe renunciar a esta falsa idea. A la educación se le debe dar la bienvenida como un sadhana para el establecimiento de la paz en el corazón individual así como en la sociedad, incluyendo la comunidad humana.
El énfasis debe estar en dar y olvidar, y no en obtener y olvidar; tratar de destacar las responsabilidades antes que los derechos. Los derechos sólo se ganan mediante el adecuado cumplimiento de las responsabilidades. Cuando se evaden los deberes, no se tiene derecho a reclamar los derechos.(5)




(1) Divinas Palabras, Vol. II - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Pag. 19 -
(2) Lluvias de Verano - Tomo 3 - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Pag. 8 -
(3) Lluvias de Verano - Tomo 3 - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Pag. 9 -
(4) Mensajes de Sathya Sai - Vol. IX - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Jaipur, 10-4-75 - Extractos de Pag. 175/178 -
(5) Mensajes de Sathya Sai - Vol. IX - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Kadugodi, 6-7-75 - Extractos de Pag. 193/196 -

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