"Oh Padre de todos! Que pueda yo sentir que aun aquel que me hiere mortalmente, es mi hermano, hecho a Tu Imagen y viviendo, sólo temporalmente, en al oscuridad. Borra de mi mente el ánimo vengativo de la Ley del Talión. Que pueda yo compadecerme de todos, incluso de aquellos a quienes la sociedad encarcela para protegerse. Enséñame a desear fervientemente que se rediman y encuentren consuelo en Ti. Que con mi intolerancia y mis impulsos vengativos, no acreciente yo la ignorancia de los que obran mal. Ilumíname para que pueda yo ayudarlos con mi perdón, con mis oraciones y con mis lágrimas de indulgencia y tierno amor".(1) |
¡Oh Señor Misericordioso! Enséñame a derramar lágrimas de amor por
todos los seres. Que pueda yo verles como algo muy mío, como a distintas expresiones de mí mismo Ser. Que con la misma facilidad con que perdono mis propios errores, perdone o las faltas de los demás. Bendíceme, ¡Oh Padre!, para que no mortifique yo a mis compañeros con críticas desagradables; y que si alguna vez me piden consejo con el deseo de corregirse, sólo les sugiera yo lo que Tú me inspires. Sin coerción alguna, y sólo con la fuerza de la bondad y del amor enséñame a conducir hacia Ti a los que tropiezan y a los obstinados. Guía mi entendimiento y mis facultades para que pueda yo transformar a los seres de naturaleza oscura, en radiantes profetas que reflejan Tus rayos de sabiduría. Así como Tú concedes siempre, aun al asesino que ha sido ahorcado, otra oportunidad para mejorarse en una nueva encarnación, en la que luciendo un cuerpo irreconocible pueda yo extender mi compasión hasta los malhechores a quienes el mundo ha abandonado. ¡Oh Espíritu! Permite que la llama de mi amor derrita el hielo de todos mis hermanos congelados por el error. Humildemente esperas ocasión para revelar a los hombres Tu presencia en ellos. ¡Oh Incomparable Paciencia, tranquila y silenciosa ante un mundo indiferente!, confiéreme la gracia de Tu infinita clemencia. No permitas que pretenda yo vengarme de quienes me hieren sin piedad. Deja que con benevolencia ayude yo a los demás a ayudarse a sí mismos. Enséñame a no reprobar su ingratitud si se vuelven contra mí y no me permiten seguir ayudándoles. Que pueda yo perdonar -primero dentro de mí y después al exterior- a aquellos que más profundamente me hubieran ofendido. Que sepa yo devolver amor por odio, dulces alabanzas por amargos reproches, y bien por mal. Aun en el hombre más tenebroso y depravado está oculta la luz divina, esperando condiciones propicias para brillar al exterior, tales como frecuentar buenas compañías y tener un ardiente y sincero deseo de mejorarse a sí mismo. Gracias, Padre, de que no hay pecado que no pueda ser perdonado, ni mal que no pueda ser vencido; puesto que el mundo de la relatividad no contiene absolutos. Guíame, ¡Oh Padre Celestial!, para que, a todos Tus hijos desorientados, los despierte yo a la conciencia de su pureza original, de su inmortalidad y de su herencia divina".(2) Deben cultivar amor desinteresado como uno de los valores humanos básicos. La posición, la riqueza y la fortaleza pueden ir y venir; sólo el amor divino es permanente. El amor es Dios, Dios es amor. Esa es la verdad independientemente de nacionalidad, raza o religión. La educación debe divorciarse de los empleos. Su propósito debe ser la adquisición del más elevado conocimiento. Ese es el concepto que sostiene la cultura bharatiya. Serán ciudadanos ideales de la nación sólo cuando hayan desarrollado confianza en sí mismos y el sentimiento de unidad espiritual. Desarrollen el espíritu de sacrificio y conviértanse en defensores de la integridad y honor de la nación. Deben esforzarse por promover el bienestar de la sociedad. Eliminen las ideas de "mío" y "tuyo", entonces se volverán uno con la Divinidad. Cuando se identifiquen con todos, obtendrán dicha infinita. Antiguamente existían demonios en pequeñas cantidades; hoy es difícil decir quién es un demonio y quién es un ser humano. Eliminen cualquier rasgo de cualidades demoníacas. Conviértanse en seres humanos y desde ahí, diríjanse hacia la Divinidad. Desarrollen la cualidad del perdón y absténganse de ser ásperos al hablar. Sai es el ejemplo para ustedes al respecto. Todo tipo de personas lo calumnian y critican y a Swami eso no lo afecta en absoluto. ¿Por qué seguir su ejemplo? Yo debo seguir mi propio camino, si sigo a otro soy un esclavo. Por lo tanto, yo nunca sigo el camino de otro; me adhiero firmemente a lo que yo considero que es bueno. Deben comprender que si renuncian a la paciencia y al perdón, no tendrán paz. Yo estoy siempre en paz. ¿Por qué? Porque siempre soy paciente. Ustedes también deben ser así. No se preocupen por lo que los demás les hagan, ¿qué pierden ustedes debido al comportamiento de ellos? Si deciden vengarse sólo empeorarán su condición. No tienen idea ni de su fortaleza ni de su incapacidad. Deben enfrentar con valentía los ataques y no deben permitirse ser alterados por ellos. Deben ganar mediante su paciencia; la paciencia debe ser su aliento y su ideal. Den un ejemplo al mundo con su valentía.(3) Pueden preguntar: "Swami, cuando uno encuentra a una persona que se comporta mal, viciosamente, ¿cómo podemos amarla?, ¿cómo podemos reverenciarla?, ¿qué quieres que hagamos?. En tal situación, consideren una cosa: ¿quién es el que comete qué mal?, ¿qué es lo que impulsó el acto?, ¿quién hizo la acción?. El cuerpo. ¿Qué impulsó el cuerpo? La mente, ¿por qué fue obligado a hacerlo? Debido a la influencia de su Karma, el efecto acumulativo de sus actividades y actitudes durante muchas vidas en el pasado. El Alma es divina, ámenla, reveréncienla. Esa es mi respuesta. Si lo ponemos en términos sencillos, al pasar por una calle observan un gran retrato de Swami sobre la entrada de una casa y se dan cuenta de que es la casa de un acérrimo enemigo suyo. ¿Van a reverenciar menos el retrato porque el dueño de la casa no merece su amor? Claro que aman al retrato y lo adoran, dondequiera que se encuentre, ¿no es así?. Del mismo modo, reverencien al Alma en cada uno, es Dios quien reside en cada uno. ¿Por qué deben poner atención a sus faltas y vicios? Su deber es servir, no buscar faltas. Sirvan con todo su corazón, con un amor puro y sin mácula. Bajo mi invisible supervisión y guía deben servirlos y aliviar sus dolores y problemas.(4) |
(1) Oración de Paramahamsa Yogananda: "Que pueda yo ayudar y no castigar a los que obran mal"
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DIOS ES AMOR
PERDÓN
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