VALORES HUMANOS
VALORES HUMANOS: IMPARCIALIDAD

DIOS ES AMOR

CONGRESO LATINOAMERICANO DE EDUCACION EN VALORES HUMANOS

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IMPARCIALIDAD


"Tú eres hombre y mujer, niño y niña; viejo y desgastado, caminas inclinado sobre tu cayado; tú eres pájaro azul, verde y de ojos color escarlata ..."(1)

Las tres gunas o cualidades humanas: satva (equilibrio); rajas (inquietud) y tamas (inercia), representan tres armas que Dios nos ha dado especialmente en este mundo. Debido a que el hombre no las sabe usar adecuadamente es que nos estamos viendo envueltos en todo tipo de situaciones difíciles en la actualidad. Hay varias circunstancias que hacen que estas tres cualidades se manifiesten de diferentes maneras. La primera es la Creación a nuestro alrededor. Responde a la propia naturaleza de la Creación el que cambie continuamente. Esto ha sido usado como principal instrumento en las manos de Dios. La Creación también ha sido llamada naturaleza o el mundo de la materia, y definida como "Lo que continuamente cambia". La segunda circunstancia es la ignorancia. Ella representa lo opuesto del conocimiento. Ella promueve en el hombre el guna tamásico o la negligencia, le da pie a sus gustos y desagrados y lo lleva a justificar las faltas que hay en él. Este guna encierra la cualidad del hombre que lo lleva a reconocer la verdad y la falsedad y cometer a veces el error de confundir la falsedad con la verdad. Constituye el deber del hombre eliminar por medio de varios métodos esta ignorancia. La tercera circunstancia es el maya, ilusión, o mezcla de realidad y ficción. Maya crea todo tipo de cosas e ilusiones sorprendentes. Dependiendo de las circunstancias nos encontramos con estas tres formas diferentes, las que se denominan materia, ignorancia e ilusión. Las tres, en especial las dos últimas, no difieren sino en grado y no así en esencia, sólo en cuanto al nombre y no en cuanto al resultado final. Son inseparables entre sí y, en verdad, están conectadas las tres. Si llegamos a entender la Divinidad y la forma en que opera, podemos hacer el intento por liberar nuestra vida de estas ilusiones.
Hay cuatro tipos de disciplina espiritual. Haciendo uso de cuatro métodos de disciplina espiritual tendremos una oportunidad de conquistar las circunstancias. El primero será discriminar y distinguir entre las cosas que son permanentes y las que son transitorias. Adquiriendo esta capacidad podemos lograr mucho bien. En nuestra vida diaria estamos siempre viendo los cambios que se producen. Lo que hoy consideramos una verdad, se convierte en una falsedad después de algún tiempo e, inversamente, lo que hoy consideramos una falsedad puede que resulte siendo verdad. Dependiendo de las situaciones y medio que les rodeen, la verdad puede convertirse en falsedad y la falsedad puede que se convierta en verdad. Estos cambios no son sino características de la mente humana y surgen de la conducta del hombre, pero no pueden considerarse como características de la Verdad. La Verdad no es más que una y jamás cambiará con el tiempo. Todo lo que cambie puede considerarse como falsedad. Hay algunas cosas que vienen y se van, pero ellas nunca son verdad ni falsedad, sino que se las podría llamar verdad y falsedad conjuntamente. ¿Por qué se las llama así? Porque cuando vienen creemos que son verdaderas y cuando pasan pensamos que son falsas. Esta combinación de verdadero y falso representa la característica de muchas cosas en el mundo.
Podemos ver que la base la constituye la Verdad invariable y que lo que se nos aparece como cambiante es falsedad. En este mundo, todo cambia de un momento al otro. Todo llega a este mundo y sale de él. Lo único que no requiere ni de venir ni de irse es el aspecto de Brahman y eso es la base.
El segundo método representa renunciar al goce de las consecuencias de vuestras acciones. La esencia de esta declaración reside en que nos indica que los eventos que consideramos como placeres no son más que transitorios en cualquier circunstancia y que el goce de estos placeres materiales, probablemente puede crear en ustedes la ilusión de que son buenos, aunque en realidad les conduzcan a pesares y dolores en sus vidas.
El tercer método se refiere a los aspectos del control de los sentidos y la mente. El control de los sentidos implicará que no vuelquen sus pensamientos hacia los órganos y los placeres sensoriales, sino que traten de volverlos hacia la meta de llegar a conocer el significado del Alma. El mundo que ven en torno de ustedes es una creación de vuestra propia visión.
La cuarta práctica espiritual es la eliminación de los deseos. El significado de esto ha sido traducido por muchos, diciendo que connota renunciar al mundo y convertirse en un renunciante o llevar a cabo sólo aquel tipo de trabajo que no pueda acarrear consecuencias. El verdadero significado de esta palabra es reconocer que la mente es responsable por excitar y agitar los órganos sensoriales internos. La mente es el señor de vuestros órganos internos.
Habrá que indicarle a la mente que todos los aspectos presentes en cada uno representan el mismo aspecto del Alma. Habrá que grabar en la mente la verdad de que la Divinidad es Omnipresente. Hay cosas que pueden parecerle triviales a nuestra mente y aparecer como cosas ínfimas. Hemos de hacer un esfuerzo por elevar las cosas a un nivel más alto, Dios, que está en una posición de altura excelsa, no ha de ser rebajado al nivel de estas cosas pequeñas. Hemos de tratar de considerar todas las cosas como creación de Dios y desarrollar una mentalidad igualitaria. Cualquiera sea el material, cualquiera sea el objeto de vuestra atención, no hemos de permitirnos establecer distingos. Hemos de ser capaces de aceptar cosas opuestas, como la oscuridad y la luz, el calor y el frío con mentalidad preja. Estas cualidades opuestas surgen tan sólo de cambios en el tiempo han de considerarse como cambios inherentes y no existen de manera permanente. Aunque todo lo que vemos es una sola y la misma cosa, lo consideramos como bueno o malo dependiendo del momento en el tiempo. Una comida bien preparada y cocinada hoy se convertirá en tóxica dentro de tres días. Ni siquiera necesitamos ir tan lejos. Podemos tomar un ejemplo que vemos a diario. Hoy ingerimos alimento fresco que para mañana se habrá convertido en materia fecal. Podemos pensar que lo que estamos comiendo es bueno. Pero lo que expulsamos mañana es malo. De modo que, en realidad, lo bueno y lo malo son lo mismo, pero el tiempo y las circunstancias son diferentes. Es así que llamamos a las cosas buenas o malas, pero no existe una diferencia intrínseca entre ellas.
Cada evento nos dará algo de placer, felicidad y de pesar. El dolor y el placer siempre van juntos. A nadie le es posible separarlos. No existe la posibilidad de un placer solo, aislado del dolor. Hemos de promover en nosotros la fuerza como para que aceptemos tanto el dolor como el placer con una mente pareja.(2)
Es vano y sacrílego dividir las cosas del mundo en buenas y malas, pues si todas son producto de Su Voluntad Divina, ¿cómo alabar o condenar algo? Además, lo que es bueno para uno puede ser malo para otro, lo que es conveniente una vez puede no serlo en otro momento. Hay cosas que resultan buenas en pequeñas cantidades, pero perjudiciales en cantidades grandes. Así como la corneja saborea la amarga fruta del nim y el kakú come las hojas tiernas de la mata de mango, la gente encuentra alegría y satisfacción en cosas y experiencias en muchos casos, contradictorias. Por lo tanto, de aquí inferiríamos que es la mente de cada persona la que lleva a buscar tal cosa como buena y evitar tal otra como mala.
La filosofía dice que la mente no decide meramente acerca de la bondad o maldad de una cosa o experiencia, sino que es la que crea todas las cosas y experiencias. Sin la mente no puede haber objetos, sensaciones o emociones, porque sin mente, no hay subsistencia.
La mente se deleita imprimiendo nombres y formas, de este modo ayuda a crear cosas y experiencias. No puede entrar en contacto ni operar con nada sin anteponerle un nombre y una forma, por esto se encuentra desamparada cuando hay que meditar sobre lo que no tiene ninguna de estas propiedades; se aferra siempre a ellas. Las imágenes mentales se han concretado como objetos y como ideas: así, los Srutis declaran: "La circunstancia o el asunto se decidirá según opere la mente".(3)



(1)Swetaswatara Upanishad - IV, 3, 4.
(2)Lluvias de Verano - Tomo 4 - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Extractos de Pag. 213/218 -
(3)Mensajes de Sathya Sai - Vol. IX - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Prashanti Nilayam, 24-11-74 - Pag. 142 

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