VALORES HUMANOS
VALORES HUMANOS: EXCELENCIA

DIOS ES AMOR

CONGRESO LATINOAMERICANO DE EDUCACION EN VALORES HUMANOS

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EXCELENCIA



"Permite, Señor, que cada latido de mi corazón sea una palabra nueva en la lírica inagotable de mi amor por Ti. Que cada sonido que salga de mis labios lleve secretas vibraciones de Tu voz. Que cada uno de mis pensamientos esté saturado de la bienaventuranza de Tu presencia. Que cada acto de mi voluntad esté impregnado de Tu divina vitalidad.
Engalana con Tu gracia, cada uno de mis conceptos,  cada una de mis expresiones y cada una de mis ambiciones.
¡Oh Divino Escultor, cincela mi vida conforme a Tu boceto!".(1)


Vivir como un hombre humano es vivir sólo una vida mediocre. La meta del hombre debe ser vivir como un hombre divino; pero actualmente el hombre lleva una vida de animal debido a los deseos y el odio. La no satisfacción de un deseo propicia el odio. La verdadera naturaleza del hombre no es ni la dicha ni la pena sino Sat-Chit-Ananda (Ser-Conciencia-Bienaventuranza), que trasciende tanto la dicha como la pena, las cuales sólo son transitorias. Por lo tanto, el hombre debe esforzarse por experimentar Ser-Conciencia-Bienaventuranza. Viviendo en este vasto universo deben tratar de cultivar sentimientos igualmente amplios. Sin embargo, guiada de forma errónea por la mente, la gente alberga sentimientos estrechos y así hace su vida miserable. La solución es seguir la guía del intelecto, ignorando los caprichos de la mente. "El hombre tonto que confía en su mente se degradará volviéndose algo peor que un animal, mientras que el sabio que sigue la guía del intelecto se convertirá en Pasupathi", es decir, Shiva, el Señor de todas las criaturas (poema). ¿Por qué es tan importante el intelecto? Debido a que los órganos de los sentidos son superiores al cuerpo, la mente es superior a los sentidos y el intelecto es superior a la mente. El Atma (el Ser) es superior al intelecto, por lo cual se puede ver que el intelecto es el más cercano (de todos) al Ser y por ende tiene la ventaja de recibir el máximo poder y luz del Ser. Por consiguiente, el hombre debe utilizar su intelecto para conocer y experimentar al Ser y vivir una vida de bienaventuranza.
El hombre debe desarrollar altos y nobles ideales y sentimientos en todas las esferas de la vida (física, moral, religiosa, y espiritual). No se debe sentir satisfecho con placeres sensuales, los cuales son temporales y dejan una estela de miseria. La mente es la responsable tanto de la elevación como de la caída de uno. No debemos actuar precipitadamente basados en los dictados caprichosos de la mente. Una persona actúa con una mente disciplinada sólo después de considerar si la acción es buena o mala, correcta o equivocada. Un hombre así, finalmente alcanzará la meta de la realización de sí mismo. Pensar algo, decir otra cosa y hacer otra diferente constituye un pecado que comete la mayor parte de la gente. Sólo cuando el hombre desista de este tipo de pecado y asegure la armonía y unidad de pensamiento, palabra y acción, se le podrá considerar un hombre perfecto.(2)
El hombre tiene en sí ciertos atributos específicos que deben ser desarrollados y promovidos para que pueda elevarse a su estatura plena. Si estos son ignorados o dejados sin cultivar, él existe sólo al nivel animal. Sólo la disciplina puede hacerlo crecer dentro de su auténtico linaje.(3)
La educación debe tener como fin agrandar el corazón y despertar la inteligencia, las habilidades latentes del hombre, inspirándolo para que, con serenidad reciba con agrado el trabajo físico. Hoy en día existe conocimiento pero pocas veces lo acompaña el carácter. Vidya promueve la práctica, la experiencia es el maestro, pero a él no se le ve para nada. La enseñanza termina con la escuela, pero el aprendizaje sólo termina con la vida. Vidya no significa simplemente asistir a la Universidad, el estudio de algunos libros o el dominio de algunas materias. La meta de la educación es enseñar a vivir no sólo para comer sino para un ideal. La personalidad humana debe florecer en entusiasmo por el trabajo, en impaciencia por elevar a la sociedad al nivel más alto. Sin carácter, el hombre se vuelve el juguete de todo capricho pasajero, la cometa cuyo hilo se ha roto, o una moneda falsa, que nadie puede usar.
Sólo la disciplina espiritual lo puede equipar a uno con los instrumentos y autoridad necesarios para manifestar la genuina excelencia humana e instruir a los demás para que hagan lo mismo. La educación actual es únicamente materialista.
Las Upanishads exhortan: "Levántense, despierten, acérquense a los Sabios y aprendan". El éxito conduce al éxito. El éxito estimula y asegura el éxito a un nivel superior. Deben aprender más acerca de las personas que han logrado el éxito a pesar de obstáculos de toda clase. Sus ejemplos deben ser un modelo. Aun el fracaso es loable, si acontece en la marcha hacia un alto ideal. Tengan miras elevadas y luchen por obtener grandes victorias.(4)





(1) Oración de Paramahamsa Yogananda: "El Divino Escultor"
(2) Del Discurso de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba en el Curso de Verano en Brindavan, el 25 de Mayo de 1993 -
(3) Mensajes de Sathya Sai - Vol. VII - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Venkatagiri, 2-3-70 - Pag. 150 -
(4) Mensajes de Sathya Sai - Vol. XI - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Auditorio Sathya Sai - 29-8-81 Pag. 114 -

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