"Tú eres Eso, Swetaketu".(1) |
Tanto como uno que quiere vivir en este mundo debe primeramente volverse un ser humano, alguien que quiere aprender el Conocimiento Absoluto, debe primero volverse espiritual. El cuerpo humano está compuesto por los cinco elementos y el Alma que habita dentro de él, no tiene ataduras de ninguna clase. Si hacen una introspección sobre este asunto, encontrarán que el Alma que está dentro del cuerpo es la verdadera esencia de él.
En verdad Dios es el dueño de esa casa en la que viven, ya que es su creación. Esta casa del hombre debe ser considerada como algo a través de lo cual se debe adquirir conocimiento y sabiduría. El conocimiento espiritual dice que lo Divino habita en el cuerpo, a pesar de que miran a este cuerpo como perecedero. Estas nociones surgen en relación al hecho de que algo permanente habita dentro del cuerpo humano perecedero. ... Lo perecedero y lo imperecedero. Deben conocer la conexión que existe entre estos dos conceptos. Todo lo que ven en este mundo es perecedero. De hecho, todos los seres vivientes que ven a su alrededor, son perecederos. Lo único indestructible es el Alma que está dentro de cada uno de los seres vivientes que ustedes ven. Si quieren entender esto con facilidad, tienen que aceptar y creer que toda cosa que sufre un cambio, que se transforma de tiempo en tiempo es perecedera. El cuerpo humano está asociado a seis etapas de transformación, que son nacimiento, crecimiento, cambio, evolución, muerte y destrucción. Debido a que el cuerpo pasa por todas esas fases y no es permanente, se le atribuye la cualidad de perecedero o destruible. La diferencia entre lo perecedero y lo imperecedero es algo muy sutil, muy pequeño. Si no hubiera destrucción, no sería posible comprender qué es permanente o indestructible. Por otro lado, si no hubiera permanencia o indestructibilidad, no se podría comprender qué es lo que se destruye. Algunas veces esto los puede llevar a comprender que los dos aspectos están relacionados entre sí, tan íntimamente, que no pueden ser separados. Tienen que hacerse un cuestionamiento así pueden entender cuál es la parte perecedera del hombre y cuál parte es indestructible en él. Empero, hay algo que no es ni el cuerpo ni el Alma. Este algo puede ser llamado "El Absoluto", y trasciende ambas cosas. Podrán decir que llegaron a su meta cuando sean capaces de realizar este Morador Interno. Hay un pequeño ejemplo: Un sirviente entra a un cuarto oscuro dentro de una casa para encontrar a su patrón. Adentro de la habitación, trata de tocar y sentir todo lo que hay. Conforme se desplaza en la oscuridad, mientras palpa diversos objetos, puede ser que toque una silla y entonces diga: "no, esto no es mi amo". Luego puede tocar una mesa y decir: "no, esto no es mi amo". Después él podría tocar una caja y decir lo mismo. Esta clase de búsqueda lo llevará a diversas situaciones en las cuales repetirá: "no, no es mi amo", hasta agotar todas las posibilidades de lo que puede tocar en el cuarto. De esta manera, mientras, busca, tocará un catre. Después del catre, tocará unos pies y entonces exclamará: "!Ahora sí encontré a mi amo!". No es correcto que él se sienta feliz, satisfecho y contento tan pronto como toque aquellos pies ni tan pronto como él piense que encontró a su amo. Su objetivo será logrado totalmente sólo después de que, aproximándose más a su amo, sea capaz de reconocerlo. En este cuerpo, que puede ser comparado con una casa, todos los deseos que provienen de los distintos órganos que forman parte del cuerpo pueden ser comparados con la oscuridad en la casa. En ese cuarto oscuro, el aspecto que podemos llamar individuo está deambulando como el sirviente en un cuarto oscuro, buscando al Alma o al Señor. Lo primero que hace este individuo es tocar y sentir los órganos del cuerpo. Después siente la presencia de la mente, luego, siente la presencia de la inteligencia. A través de esta inteligencia -que puede ser comparada con el catre que el sirviente tocó como el primer indicio para encontrar a su amo- la persona puede encontrar los pies de su Señor. En esta analogía y en este camino espiritual, lo que tienen que encontrar es la existencia de estos cuatro aspectos: el alma, la inteligencia, la mente y los órganos de los sentidos. Si queremos alcanzar el Alma mediante el proceso de escalar desde los sentidos a la inteligencia y luego de la mente hasta el Alma, será una empresa muy difícil. Si hacen un examen más profundo y reflexionan el tema con cuidado, encontrarán que todo lo que está relacionado con estos cuatro diferentes aspectos es solamente una cosa; es decir, el Atma o Alma. Tomemos el ejemplo de la leche. Al principio vemos la leche, después, a fin de satisfacer nuestro paladar la transformamos en cuajada; más tarde, batiremos esta cuajada y sacaremos un poco de mantequilla. Cuanto extraemos la mantequilla de la cuajada, lo que queda es lo que llamamos "suero". Así, lo que queda después de todos estos cambios y que vemos como algo muy trivial es el suero, el cual puede ser comparado con los órganos de los sentidos; la mente puede ser comparada con la cuajada, y la mantequilla con la inteligencia. Pero como la cuajada, la mantequilla y el suero provienen de su fuente primaria, la leche, ésta puede ser comparada con el Alma. Ahora deben cuestionarse cuán importantes son estos órganos de los sentidos o suero, y cuán lejos pueden ir a través de estos sentidos en la comprensión o logro de la fuente original, que es la leche o el Alma. La mente y la inteligencia están asociadas con varios órganos, así que tienen que reflexionar cuidadosamente acerca de la imagen distorsionada que están obteniendo de la fuente, o sea, del Alma, como resultado de tal asociación. Si desean avanzar a través de sus sentidos, de sus mentes e inteligencias, o según la analogía, si desean convertir la leche en cuajada y ésta en mantequilla y suero, por supuesto que tienen que adoptar algunos procedimientos conocidos y aplicarlos de manera correcta. Si no conocen los procesos de conversión o si no los aplican en forma correcta, ustedes no podrán convertir la leche en cuajada, cuajada en mantequilla y mantequilla en suero. En cada uno de sus actos no deben olvidar su meta o cuál es su finalidad. En esta analogía la fuente original es la leche, y todo lo demás son solamente cosas que han salido de esa fuente, es decir, la leche, por algún tipo de cambio que ha sido introducido. Hay un refrán que dice que la mente es el espejo de nuestro ser interno. Por lo tanto, lo que viene de nuestro interior, lo que emana del ser interno, es la mente misma, cuando ésta es reflejada en forma adecuada. Esto es igual para la inteligencia, la cual también representa las acciones que se realizan. No puede haber nada que se manifieste a través de la mente, de la inteligencia o de las acciones que provenga del exterior. Todas éstas surgen del interior de nuestro cuerpo. Esto que tengo en mi mano es un trozo de tela. Todos ustedes están de acuerdo en que es un pedazo de tela. Pero desde mi punto de vista, esto no es una tela, sino un montón de hilos. Si lo ven desde otro punto de vista, esto no es ni siquiera un montón de hilos, sino simplemente algodón. El algodón, los hilos y la tela son básicamente lo mismo. En forma similar, los órganos de los sentidos, la mente y la inteligencia van todos a unirse en uno solo y llegará el momento en que nos refiramos a ellos como a una unidad. Al igual que la cuajada, la mantequilla y el suero provienen de un mismo y único origen, lo que ustedes tienen en su mente, como la esencia, como el fundamento o como la fuente, es simplemente el original del cual se han originado todas las transformaciones.(2) |
(1)Chhandogya Upanishad, VI, 8, 7 -
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DIOS ES AMOR
EXACTITUD
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