VALORES HUMANOS
VALORES HUMANOS: DICHA

DIOS ES AMOR

CONGRESO LATINOAMERICANO DE EDUCACION EN VALORES HUMANOS

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DICHA


"Se afana por estos medios y tiene el conocimiento: en él el espíritu entra en su supremo estado ... Satisfechos con el  conocimiento, habiendo construido su ser espiritual, los Sabios, en unión con el yo espiritual, alcanzan al Omnipresente por  doquier y entran en el Todo".(1)

... Llegamos ahora a este tercer aspecto de Ananda o dicha. El hombre siempre desea tener felicidad. El hombre la anhela. No desea el pesar en ningún momento ni bajo ninguna circunstancia. La dicha es algo natural en nosotros. El sufrimiento y el dolor no son naturales en el hombre. Cuando un niño está feliz y jugando, ni siquiera la madre le pregunta ni se cuestiona respecto de la causa que ha producido esta felicidad. Pero si el niño llora, la madre viene corriendo, sin preocuparse de la importancia de la tarea que estaba realizando. El llanto del niño no es natural y atraerá de inmediato la atención de la madre. Si alguien está feliz y disfrutando, nadie va a ir a preguntarle por qué está feliz. En tanto que si alguien está llorando, cualquiera que lo note irá a preguntarle el por qué de sus lágrimas. El pesar no es natural en nosotros. De modo que sólo cuando alguien esté sumido en el pesar, vendrá otro a inquirir en el motivo. Si están felices, tampoco nadie vendrá a preguntarles si han llorado recientemente. De modo que lo natural en nosotros es la dicha y ello es una fuerza en nosotros. Esta dicha y felicidad es lo que tiene la forma de nuestra Alma. Esta verdad de la existencia o del Ser, esta conciencia despierta y esta felicidad constituyen al Brahman dentro de nosotros. Si hacemos el intento por ver o encontrar estos aspectos de Dios en algún lugar exterior y fuera de nosotros, no los hallaremos y no es lo que hay que hacer. Este aspecto de Dios forma parte integrante de nuestra vida.
Todos los Vedas han sido descriptos también con las palabras "Tat Twam Así": "Aquello eres tú". Este tipo de identidad entre lo Supremo o el Alma Universal y el Ser del hombre o el Alma Individual ha sido proclamada por los Vedas. Existe la posibilidad de que entendamos equivocadamente su sentido, debido a que hemos asociado este aspecto inmortal de Brahman con nuestro cuerpo transitorio y no con nuestro "yo". Cuando tocamos un jarro con agua fría, sentimos que el jarro está helado, pero de hecho no es el jarro el que está frío, sino el agua dentro de él. La frescura es una cualidad natural del agua. Si no estuviera fría, pensamos que no es natural. Cada vez que se presenta algo inusual o contrario a la situación natural, surge todo tipo de dudas y se plantean interrogantes. ¿Cuál será la razón de que el hombre se haya convertido en un atado de dudas? La razón principal es que el hombre no lleva su vida en la forma en que debería hacerlo naturalmente. No se comporta de la manera en que debería hacerlo. Debido a que no ha comprendido el real significado del "sí mismo" en él, no se comporta como debería hacerlo un ser humano y es esto lo que constituye la base para todas las dudas. El hombre debería inquirir un poco y entender el aspecto de Brahman, porque ello representa la causa básica para la relación entre hombre y hombre. Por eso, en primerísima instancia deberíamos entender estos tres aspectos de Brahman, es decir, Sat, Chit y Ananda (Existencia, Conocimiento y Bienaventuranza). En cada uno se encuentra este aspecto del Ser, en cada uno hay sabiduría y cada uno lleva la dicha en sí. Por ende, cada uno deberá concederle importancia únicamente al aspecto de Dios.
No obstante, nos dedicamos a promover la ilusión del apego al cuerpo, y por eso somos incapaces de entender el real aspecto de Dios. Aquí va un ejemplo al respecto. Hoy preparamos dulce en casa y su principal ingrediente es la harina de channa. ¿Han probado el sabor de esta harina? No tiene sabor. El sabor especial lo adquiere porque le agregamos azúcar. En otras partes del país preparan dulces con harina de arroz, la que por sí sola tampoco tiene sabor. El azúcar que se agrega es la que le da un sabor dulce. En otras regiones se preparan dulces con harina de trigo, la cual tampoco tiene sabor, pero lo adquiere gracias al azúcar. Lo que tienen en común es el azúcar. Al igual que en esta analogía, se debe a la dulzura Divina que está presente en todas las cosas que vemos en torno de nosotros en el mundo como constituyente común, el que tengan su sabor dulce. De igual manera, Brahman entra en la forma de Amor (Prema) en las diferentes mentes y crea los apegos entre un hombre y otro. Si una madre muestra su afecto por un niño habremos de interpretarlo como un aspecto del Divino Brahman y no solamente como Amor en la madre. Este aspecto de Brahman entra en la mente de la madre en la forma de Amor y toma la forma de afecto. Cuando entra en marido y mujer, toma la forma de lujuria y apego. Cuando se difunde en varias cosas que nos agradan, toma la forma de deseo. Cuando entra en la mente de amigos, toma la forma de amistad. Cuando entra en diferentes relaciones, toma la forma de relaciones corporales. Si este aspecto se muestra hacia Dios, lo llamamos Devoción. Este Amor es el aspecto de Brahman, y, debido a que está presente en todos y en cada uno, estaremos declarando una verdad incuestionable cuando decimos: "Todo es Vishnú, todo es Brahman". También por ello es que decimos: "El Amor es Dios, vivan con Amor". También decimos: "Inicien el día con Amor; pasen el día con Amor; llenen el día con Amor y éste es el camino hacia Dios". El único aspecto que llena el día y es sinónimo de Dios es el Amor y, por ende, hemos de llenar nuestra mente con el aspecto del Amor. El Amor no es múltiple ni diversificado. No es sino uno, y, del mismo modo, tampoco Brahman es múltiple. Es por ello que decimos: "Brahman es uno y es el único que no tiene par". Si, por lo tanto, deseamos entender la unicidad en todo, la reconoceremos en el Dios latente en todas las cosas vivientes. Si deseamos entender este aspecto de Dios, lograremos la fuerza para hacerlo sólo si comenzamos por el aspecto del hombre y ascendemos desde aquí al de Dios".(2)




(1) Mundaka Upanishad - III, 2, 4, 5 -
(2) Lluvias de Verano - Tomo 3 - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Pag. 46/47 -

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