"En un comienzo las hormigas blancas aparecen poco a poco y se desarrollan lentamente. No obstante, en poco tiempo todo el tronco habrá sido comido por completo. De manera similar, las malas cualidades aparecen poco a poco, pero al poco tiempo, destruirán por completo al individuo". |
Es muy necesario que controlen su mente. Las manecillas del reloj se mueven continuamente y podemos escuchar su sonido que se mantiene en forma continua. Entre un tic y el otro se produce un intervalo. La vida del hombre también es como este intervalo. A través de su corazón y de sus vasos sanguíneos late su corriente de vida, pero este latir llegará a su fin algún día. Es cierto que el nacer va seguido del morir y la muerte es seguida nuevamente por el nacer y así de manera continua. Hemos de empeñarnos en entender el secreto de esta vida. Al igual que el hombre que nada va avanzando por las aguas de un río, nosotros hemos de olvidarnos de las experiencias por las que hemos pasado antes y seguir hacia delante. El nadador avanzará solamente si lanza hacia atrás el agua que está por delante de él, si no lo hace se quedará estacionado. Al igual que en esta analogía, el hombre podrá avanzar sólo si trata de lanzar hacia atrás la experiencia por la que ha pasado. Si uno avanza por esta senda, se encontrará con que en la vida del hombre no hay lugar para enojos, no hay lugar para envidias y así su vida avanzará placentera. Debido a que el hombre quiere volver a pasar por la misma experiencia vivida anteriormente, ingresa en la región del odio, porque acumula muchos apegos en torno de sí. Si el hombre se esfuerza por entender su propia naturaleza y hace la comparación entre el reloj y su corazón, le será posible experimentar la Verdad. Pero si incluso después de experimentar tantas cosas no llega a entender su propia naturaleza, se sentirá muy infeliz. Desea estar siempre feliz, pero no se plantea la pregunta si uno puede ser feliz en este mundo. El hombre no muestra una gran dedicación en cuanto a reunir, adquirir y amasar riquezas, pero no muestra el mismo esfuerzo en cuanto a renunciar y a sacrificar algo. Pero una vez que el hombre pueda desarrollar la fe en dar y en compartir las cosas, en renunciar y sacrificarse, disfrutará de su vida. Si desea realmente la Paz y Felicidad, deberá estar preparado para renunciar. Si los alimentos que ingerimos no son excretados ni eliminados, nuestra salud se resentirá. Si la sangre no se mantiene en movimiento sino que se queda en un solo lugar, se formará un edema. Es necesario que reconozcamos la felicidad que contiene el espíritu de sacrificio. El hombre, no obstante, quiere repetir una y otra vez la misma experiencia antes de aprender la lección que implica, y, por causa de estos deseos equivocados, se ha vuelto tan desgraciado que ni siquiera puede alcanzar una muerte apacible, para no hablar de una vida apacible. Si desea llevar una vida llena de Paz, habrá de darse cuenta de la importancia del sacrificio. La verdad que encierra la declaración de que la inmortalidad se puede obtener únicamente a través del sacrificio, debería ser muy bien entendida. En nuestra vida diaria exhibimos toda una serie de malas cualidades como la ira, la envidia y el compararnos con otros. Ellas habrán de ser desechadas y sacrificadas. Ravana pudo haber sido un devoto, pudo haber sido una persona muy erudita, pero a pesar de ello, por ir en contra de las metas de la vida humana y tener cuatro malas cualidades, se convirtió en un pecador. Para este tipo de seres, todo lo que pueden predicarles sobre la Rectitud les parecerá equivocado.
Las Eras han ido pasando, los mundos han cambiado, los tiempos han cambiado, pero no se han modificado ni las ideas ni el comportamiento de los individuos. Aunque no fuera sino una idea o un pensamiento los que cambien, podríamos aceptar esta tendencia como una tendencia sagrada. En el Kali Yuga, la Era en la cual vivimos, existen muchos Maestros espirituales, muchos grupos, muchas organizaciones, muchos ideales y muchas religiones que están predicando la necesidad de un cambio. Si pese a todo ello, a escucharlo y a leerlo, la conducta y la mente de uno no cambian ni un ápice, ello significa simplemente que el estancamiento es el resultado de nuestro Janmantara Karma. Cada día están oyendo toda una serie de buenos discursos. Los que los dictan, los entregan con un corazón puro y aquellos de ustedes que los reciben, lo hacen con buenos y tiernos corazones. ¿Cuál será el resultado de todo esto? Al plantear esta pregunta, uno no encuentra una buena respuesta para ella. Durante el período en que le prestan oídos a estos discursos, ellos se ven muy bien y son atrayentes. Pero una vez que salen y ya no siguen escuchándolos, dejan de interesarles y no quieren ponerlos en práctica. Unicamente cuando hemos podido digerir el alimento que hayamos ingerido un día, podremos volver a comer al día siguiente. Si comieran algo hoy y no lo digirieran, estarían sufriendo indigestión. Del mismo modo en que digerimos el alimento el mismo día que lo ingerimos, así también deberían absorber y poner en práctica en el mismo día aquellas ideas a las que les hayan prestado oídos. Sólo por este camino podrán tener la posibilidad de contar con un cuerpo y una mente que sean fuertes y resistentes. Si realmente desearan que la Rectitud y Dios entren en vuestro corazón, habrán de velar porque no esté ya completo con malas ideas. En donde se encuentre la Acción Correcta, Dios estará presente. En tanto que donde no haya Rectitud, estará presente el demonio. No hemos de dejarle espacio libre. Cuando hayan de morir, cuando vuestra mujer e hijos se lamenten porque están llegando al fin, ¿será posible que puedan aún pensar en el Señor?. Cuando hayan llegado a la vejez y se hayan retirado del trabajo, ¿les será posible sentarse a orar y a meditar? Para iniciarse en la senda espiritual y ser capaz de seguir esta forma de vida, la edad de la juventud es la más apropiada. Es en este contexto que se ha dicho: "SALGAN A TIEMPO, CONDUZCAN CON CUIDADO Y LLEGUEN A SALVO". Habrán de comenzar desde ahora, para que puedan experimentar la Paz y la Felicidad y llevar adelante vuestra práctica con calma y firmeza. Si comenzamos con el tiempo suficiente, sin ningún tipo de agitación, podemos timonear la barca de nuestro cuerpo con tranquilidad por el río de nuestra vida. Así también podemos llegar a salvo a nuestro destino final. Si, por el contrario, partimos tarde, y tratamos de avanzar rápidamente, habrá peligros en el trayecto. Espero que timoneen de manera plácida las barcas de sus vidas. (1) |
(1) Lluvias de Verano - Tomo 4 - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Extractos de Pag. 165/173 - |
DIOS ES AMOR
CUIDADO
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