"Un acto consagrado como el ofrecimiento al Dios residente en todos, se vuelve tan sagrado como el más elevado servicio".(1) |
La inmortalidad no puede alcanzarse por medio de los rituales, el linaje o la riqueza, sino únicamente por medio del sacrificio y la renunciación. Esta es la declaración de los Vedas.
El servicio es el primer paso en el adiestramiento para este sacrificio. El servicio es la más alta práctica espiritual, pues Dios mismo toma forma humana y viene a servir a la humanidad y llevarla a los ideales que ha ignorado. Por lo tanto, consideren, ¡cuán complacido estará Dios cuando el hombre sirve al hombre!. Muchas personas están completamente solas, en su vejez o enfermedad; pobreza o desamparo. Ustedes deben estar pendientes de tales personas y buscar las oportunidades de ayudarlas. Alivien su cansancio o su sed, de la mejor manera y lo más rápidamente que puedan. Convenzan a las personas más jóvenes y más sanas de que desocupen sus asientos para dárselos a estas personas ancianas o enfermas.(2) Hablen suave y dulcemente a los que sufren dolor y aflicción. Cuando una persona se siente mal, acérquense a ella y pregúntenle agradable y consoladoramente: "Qué le sucede?, ¿dónde le duele? ¿Qué le puedo traer? No se preocupe, nos ocuparemos de usted". Entonces, esas palabras tan llenas de amor, reducirán el sufrimiento. Estén vigilantes para aprovechar todas las oportunidades de servicio. Hablen dulcemente, y sean útiles a los que necesitan servicio.(3) Cualquier cosa que ustedes deseen que los otros le hagan, deben primero ponerlo en práctica diariamente con sinceridad y firmeza. Si desean ser honrados por otros, deben aprender a honrarlos primero.(4) Si no sirven al hombre, que posee los mismos sentimientos, impulsos e instintos, que es su propio pariente y se encuentra delante de ustedes vivo y aceptando su servicio con alegría y una sonrisa de gratitud, ¿cómo pueden servir a Dios, que está más allá de ustedes y es tan alto, tan diferente y distante, tan potente y misterioso? Adiéstrense en servir a Dios sirviendo al hombre en cuyo corazón Dios está instalado. Convénzanse de que el servicio al hombre es adoración a Dios. Si rechazan a una persona que corre a su casa para guarecerse de la lluvia haciendo que vaya de nuevo a la intemperie, son inhumanos, cuando menos, si no hacen todo lo que está en sus manos para aliviar el dolor del otro, no podrán llamarse hombres. Sean por lo menos humanos aun si no aspiran a llegar a ser divinos. El ser humano es por lo menos mejor que el estado de las bestias, pues ellas no recuerdan el pasado ni planifican el futuro. El ganado no sabe que está arando para poder sembrar y llevar la cosecha a casa al terminar la siega. El hombre apila sobre su cabeza el pasado y el futuro y como no siente seguridad, añade el peso adicional del "seguro". El hombre está agobiado de deseos, planea iluminar el futuro y borrar el pasado. La pequeña semilla de deseo crece rápidamente hasta convertirse en un fuerte árbol, por eso, deben quemar la semilla en el fuego de la austeridad para que ya no pueda brotar.(5) El servicio hecho sin pensar en uno mismo constituye el primer paso en el progreso espiritual, porque instruye para trascender toda distinción impuesta artificialmente por la historia y la geografía y para comprender que la comunidad humana es UNA e indivisible. Aprendan esta verdad y experiméntenla en la acción. ¿Cómo podría considerarse una persona "divina" (como lo es en verdad cada hombre), si no se ha establecido en el sentido de esta unidad ni ha configurado todas sus acciones en concordancia con él? El hombre ha sido creado para que pueda disfrutar de su herencia: la dicha que proviene de la realización del Uno. Cualquier actividad dirigida únicamente al individuo será, por este mismo hecho, estéril, porque la comunidad es algo esencial para la propia sobrevivencia. Su servicio les conferirá, tanto a ustedes como a la comunidad en la que viven, incontables beneficios, además de uno invisible y potentísimo: la gracia divina. El servicio es un ingrediente importante en la disciplina de nueve puntos de bhakti o devoción. Les es fácil ver, sentir, entender y simpatizar con aquellos que les son afines de modo que hay una mayor razón para que les presten ayuda y servicio. Si no pudieran sentir el llamado ante la visión del sufrimiento, la enfermedad o la injusticia, ¿cómo podrían hacer acopio de la determinación y la dedicación necesarias para servir al Dios invisible, inescrutable y misterioso? Si no son capaces de amar al hombre, su corazón no podrá amar a Dios. Al despreciar al prójimo, no podrán al mismo tiempo adorar a Dios, si lo hicieran, Dios no aceptará esa hipocresía. Dios es el morador en cada corazón, de modo que a quienquiera que sirvan, ese servicio alcanzará al Dios dentro de él y hará llegar hasta ustedes la gracia de Dios. Aquel corazón que no se ablande ante la visión de personas atrapadas en la ignorancia, la enfermedad o la miseria, habrá de ser calificado de demoníaco, porque llamarlo bestial sería un insulto a las bestias. Renuncien al egoísmo, a la sensualidad y a la codicia; llenen sus corazones de renunciación, de fe en la gloria del Alma (el ser) y de amor.(6) |
(1) Mensajes de Sathya Sai - Vol. X - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Brindavan, 6-3-77 - Pag. 68 -
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DIOS ES AMOR
CORTESÍA
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