"Padre, he lavado el santuario de mi corazón con el agua bendita del arrepentimiento. Mis desnudas pasiones y mi ignorancia largo tiempo cobijada, temblorosas esperan en Tu ara el sacrificio. Mis pequeñas oraciones se elevan reverentes en espera de Ti. Mis pequeñas alegrías danzan en armonía con las campanas del templo de las esferas diseminadas en el firmamento. El amortiguado tambor de mi anhelo golpea fuerte llamándote. Y yo voy repitiendo Tu Nombre en las místicas cuentas hechas con el cristal de mis lágrimas, y pulidas con mi amor por Ti. ¡Ven, Espíritu, ven!".(1) |
No hemos de considerar al Bhagavad Gita como un mero diálogo entre Krishna y Arjuna. Representa un diálogo sin fin entre lo humano y lo Divino, que se produce en el corazón de todos los seres humanos. De la misma forma en que Arjuna le prestaba oídos a la Voz de Krishna con una mente absolutamente estable, así también cada ser humano ha de escuchar las palabras y declaraciones que emanan desde las profundidades de su corazón con un espíritu de sinceridad.
Habríamos de esforzarnos por producir el descenso del Principio Divino en nuestros corazones. Krishna le dijo a Arjuna: "Estoy presente en todos los fenómenos. Soy el espíritu que estoy presente tanto en ti como en todos los guerreros que se han reunido aquí para la batalla. Al considerarte distinto y diferente de Mí, no puedes entender correctamente el aspecto de la Unidad". A menudo les he dicho que no han de quedarse para siempre en la etapa de la adoración de ídolos. Pueden adorar una imagen de Dios, pero no deben adorar a Dios como imagen. Habrán de seguir adelante con la indagación y esforzarse por manifestar la Divinidad latente en ustedes y realizar esa supraconciencia que llevan dentro que es su verdadero maestro. Han de seguir a ese maestro y hacerle frente al dominio de las malas tendencias en ustedes, luchar con él hasta el final y terminar con éxito el juego de la vida.(2) Yo no soy solamente Yo, también les pasa a ustedes que cuando están en medio de diez hombres adultos, se comportan como adultos. Si están en medio de diez mujeres, exhiben una naturaleza femenina. Y cuando están entre niños, aunque sean un Juez de la Corte Suprema, se comportarán como niños. Esto resulta particularmente cierto cuando uno juega con sus nietos. Cuando están solos, se sentirán únicos y divinos. Es habitual que uno averigüe sobre los precios en el mercado aunque no tenga la posibilidad de comprar ningún artículo. Aquel que no sabe quién es él mismo, a menudo le pregunta a otros sobre quiénes son.(3) El hombre no es por completo el cuerpo, en el cuerpo denso tiene un cuerpo sutil, la mente, y además, otro cuerpo aún más sutil que la mente, el Jivatma, el Alma Individual o Yo. Esta última no tiene ni principio ni fin, ni hay trazas en ella de muerte o de decadencia. Cerramos los ojos cuando adoramos a Dios. No tratamos de descubrir a Dios fuera de nosotros alzando el rostro y mirando hacia arriba. Aquel que se desprecia a sí mismo de día y de noche, por considerarse superficial y débil, jamás llegará a nada. Aquel que cree que tiene mala suerte y que es inferior. Si, por el contrario, cultivan la conciencia de que son una chispa de Dios, que tienen como su realidad a la Divinidad misma, pueden llegar a hacerse realmente divinos y llegar a tener todos los poderes en la mano. Aquello que sienten es lo que llegarán a ser. Lo que domina es el cómo sienten. Esto constituye la base para todo lo que son. Tengan fe en el Alma, el yo. Esto representa un imperativo para el hombre. En ausencia de esto, el hombre está siendo reducido a un monstruo que se solaza en el vicio y la maldad. Sus antepasados lograron la prosperidad, la paz y la alegría, y coronaron sus objetivos con el éxito, únicamente por medio de esa fe. Cuando la gente la pierde, es seguro que cae, porque esa fe es el aliento mismo de la vida. Cuando se acaba la respiración, el hombre se convierte en un cadáver (savam). Son el aliento de esa fe se convierte en divino (sivam). Igual que Shiva mismo. La fe en el yo es la expresión del principio de Shiva en el hombre, esta fe puede dotarle de todas las formas de poder y hacerle pleno e integral. Ello se debe a que el Alma, por su naturaleza misma, es autosuficiente y plena. No hay ninguna otra práctica espiritual que se requiera para realizar este estado. La autosuficiencia pertenece a la naturaleza del yo. La verdadera educación, debe despertar esta fe e infundir la conciencia de esta plenitud en cada actividad. La imitación jamás podrá convertirse en cultura. Pueden vestirse con ropajes reales y actuar el papel, sin embargo, ¿les convertirá en reyes esta imitación? Un asno recubierto de una piel de tigre no se convertirá en un tigre por ello. La imitación es signo de cobardía. No puede promover progreso alguno. De hecho, la tendencia a imitar y a copiar hace que el hombre descienda, gradualmente, hasta una condición lamentable. Deben poner todo su empeño en elevarse a sí mismos en cuanto a lo que son realmente. Deben sentirse orgullosos de ser lo que son y estar orgullosos de sus antepasados. No deben imitar a otros ni copiar sus actitudes, sin dejar por ello de asimilar lo bueno que pueden aportar. Debemos aprender de otros aquello que muestren de positivo. Sembramos semillas, las proveemos de una buena tierra, de agua y abonos. La semilla germina y crece hasta convertirse en un árbol frondoso. El hecho de haberla puesto en la tierra no hará que se convierta en tierra, ni se convertirá en agua por absorberla, ni en abono pro alimentarse de él. De todos ellos sólo asimilará la que la pueda beneficiar, y se desarrollará hasta llegar a convertirse en lo que es esencialmente: un inmenso árbol. Ojalá ustedes también se desarrollen de esta manera. Es mucho lo que pueden aprender de otros. Aprendan sobre el Supremo y sobre los medios para alcanzarlo, aunque sea desde lo más bajo. Aprendan de otro sobre cómo realizar una práctica espiritual progresiva y satúrense con ella. Mas no busquen transformarse en esos otros.(4) |
(1) Oración de Paramahamsa Yogananda: "Oración para antes de meditar"
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DIOS ES AMOR
AUTOACEPTACIÓN
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