VALORES HUMANOS
VALORES HUMANOS: DEVOCIÓN

DIOS ES AMOR

CONGRESO LATINOAMERICANO DE EDUCACION EN VALORES HUMANOS

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DEVOCIÓN


"En la medida que escala cima tras cima ... Indra lo torna
consciente de esa meta de su movimiento".
(1)

La actitud del adorador y del adorado es la semilla de "la devoción (Bhakti)". Primeramente, la mente de los adoradores es atraída por los dones especiales del objeto de la adoración. El trata de adquirir para sí mismo estos dones especiales. Esto es el Sadhana (Práctica Espiritual). En las etapas iniciales de la práctica, la distinción entre el adorador y el adorado es completa, pero a medida que el Sadhana progresa, este sentimiento disminuirá, y cuando se alcance la realización, no habrá ninguna diferenciación. Cualquiera sea el objeto de adoración que uno haya captado, amado y buscado mediante la práctica espiritual, debe tenerse la certeza (fe firme) de que el Espíritu Divino en el hombre es el Alma Universal. Hay solamente un deseo digno de ser sustentado por quien transita la senda espiritual, y ese es la realización de Dios, Iswara o la visión misma de la forma de Dios. No hay lugar en la mente para ningún otro deseo. Esa es la razón por la cual Kunthi Devi oró de esta manera al Señor Krishna: "Permitid que tengamos siempre, oh Padre del Universo, aflicción y miseria, con tal de que Tú nos concedas Tu Darshan (Ver la forma del Señor y recibir su bendición); el Darshan que destruye el renacimiento".
El devoto que desea al Supremo y busca alcanzarlo, debe tener esta actitud mental. Entonces, indiferente a la alegría y a la pena, sin ninguna preocupación acerca de la propia satisfacción, se empeñará en el Sadhana (disciplina espiritual) con firmeza, sin interrupción y con convicción, y después de comprender la realidad, tendrá completo contentamiento.
Desde este punto de vista, no hay mucha diferencia entre un Ser Liberado en Vida (Jivanmukta) y un Devoto; ambos están más allá del egotismo, de la naturaleza humana con sus tres atributos y del deber de su clase social y profesión. Sus corazones estarán llenos de compasión y de impulso por hacer bien al mundo. Es su Bienaventuranza en Brahman la que lo impele a actuar en esta forma. Tal Devoto no tendrá deseos, puesto que los deseos son producto de los sentimientos del "yo" y "de lo mío". Solamente después de arrancarlos de raíz es que una persona se convierte en un Devoto, ¿no es así?. Por lo tanto, no puede haber lugar en él para el deseo. El es un Devoto, la encarnación misma de la naturaleza inmortal. Un Devoto así no puede abrigar otro deseo que no sea el de la dulzura de la Bienaventuranza.(2)
La devoción a Dios no se mide ni se juzga por el número de rosarios que se repiten, o las velas que se encienden, por las marcas en la frente, por el pelo enmarañado o los cascabeles en los tobillos. La pureza de nuestros motivos e intenciones es esencial para que el Amor, que es el principal ingrediente de la devoción, no se aleje de nuestro corazón. Hay tres señales externas genuinas de la devoción: fe, humildad, y aprehensión. Fe en la victoria final de la Verdad y el Amor, humildad ante los mayores y los sabios y aprehensión ante la presencia del mal; temor a mezclarse con malas compañías, a participar en planes malévolos, a actuar en contra de la voz de la conciencia.
La devoción no puede llegar al hombre desde afuera, tiene que crecer desde el interior por medio del esfuerzo para limpiar la mente, para conocer el origen y la naturaleza del hombre y el Universo, por medio de la comprensión de las relaciones entre el hombre y los objetos externos que ahora lo fascinan y lo frustran.
La devoción es la disciplina por la cual se elimina el egoísmo y las limitaciones del "yo" y "lo mío". Esta es la razón por la cual aquellos que saben definen al devoto como aquel que es "no separado de Dios" (avibhakta). En todo tiempo y en cualquier condición, nuestros actos y sentimientos deben estar centrados en Dios. En cambio, sería una conducta reprochable si razonan así: "Oh Dios, sálvame, rescátame de esto", cuando están abrumados por la miseria, la preocupación y las pérdidas, y que cuando éstas pasan, volvieran a sumergirse en los asuntos mundanos y fueran esclavizados por los objetos materiales.
Cada miembro de las especies vivientes siente cariño en muchas formas: por los hijos, los padres, las comodidades, los alimentos, bebidas, diversiones y juegos. Cada uno de estos diferentes tipos de amor o apego tiene un nombre diferente de acuerdo al objeto al cual está apegado. Se llama afecto cuando se dirige a los hijos, se llama compasión cuando se dirige a los menos afortunados, camaradería cuando fluye hacia sus iguales, apego cuando se dirige a bienes y lugares; en algunos casos se vuelve fascinación y en otros amistad; y cuando se dirige a sus mayores, maestros y padres se vuelve reverencia, humildad, etc. Pero devoción es una palabra que se usa únicamente con relación al amor a Dios. Cuando este amor se divide en muchos riachuelos que corren en numerosas direcciones y hacia muchos puntos, causa solamente dolor, pues queda fijo en cosas pasajeras. En lugar de eso, permitan que su amor fluya en una sola dirección, al Océano de la Gracia de Dios: éste es el camino espiritual llamado devoción.(3)




(1)Rig Veda, I, 10, 2.
(2)Sobre el Amor (Prema Yoga) - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Pag. 41/42 -
(3)Sadhana - El Sendero Interno - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Extractos del Capítulo 3 -

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