"A través de la práctica incansable de la Verdad, la Rectitud y la Fortaleza, ha de inducirse a la Divinidad que duerme en el individuo a manifestarse en la vida cotidiana, para transformarla en la alegría del amor verdadero. Conozcan la Realidad Suprema; respírenla, báñense en ella, vívanla, entonces ella se convertirá en ustedes, serán plenamente esa Realidad".(1) |
La mente oscila como un péndulo de un objeto placentero a otro. Para detener el péndulo, la mejor manera es dejar de darle cuerda, esto pondrá fin a sus movimientos. Así también, dejen de alentar a la mente siguiendo sus caprichos y fantasías.
Cada cosa es juzgada por nosotros con el criterio del ego. La mente es una espada de doble filo; puede salvar pero también puede matar. El yoga es el control de los vaivenes naturales de la mente. Aprendiendo y practicando las disciplinas de autocontrol, control de los sentidos, posturas, regulación del aliento, retiro de los sentidos de los objetos externos, concentración, meditación y la ecuanimidad perfecta de la meditación profunda, el buscador puede dominar y eliminar la mente. Una vez que la mente es eliminada, la realidad se hará patente. Es como el descubrimiento del "décimo hombre perdido". Diez amigos iban vadeando un río en crecida y cuando alcanzaron la ribera opuesta, cada uno hizo un recuento y encontró sólo a nueve, ¡porque no se contaba a sí mismo!. Así, concluyeron que el "décimo hombre" se había ahogado y empezaron a lamentar su pérdida. Luego, un labrador se acercó y los contó, encontrando que todos estaban allí, el décimo hombre también estaba allí, sólo la ignorancia lo había hecho pasar inadvertido. Esta es la consecuencia del engaño. Puesto que no conocen la verdadera naturaleza del Ser o Alma, no reconocen al Ser en absoluto; cuando este conocimiento es comunicado por el gurú o las Escrituras, esa ignorancia desaparece. Los sentidos son las fuerzas motrices básicas de la mente y el engaño que sufre. Los cinco elementos tienen cada uno una característica que afecta y atrae a cada uno de los cinco sentidos: el sonido (eter), que fascina la mente a través del oído; la textura (aire) que atrae a la mente a su favor por medio del ojo; el sabor (agua) que atrae a la mente a través de la lengua; y el olor (tierra), que atrae a la mente a través de la nariz. El contacto con el mundo externo es mantenido por los sentidos para bien de estas experiencias que producen alegría o aflicción. A fin de evitar ser azotados por las olas de la alegría y del dolor, deben cultivar el desapego o despreocupación, la actitud de darle la bienvenida a las dos como una señal de gracia.(2) Deben tener primero una clara comprensión de la naturaleza de la meta (Dios), la Divinidad, el Absoluto Universal, cualquiera que sea su nombre; de su grandeza, de su benevolencia y de su magnificencia. Entonces, esa comprensión por sí misma, los impulsará hacia ella. Lo Universal, el cual son una unidad es puro, verdadero, sin ego, ilimitado e imperecedero. Contémplenlo y su innata humanidad, veracidad, pureza y eternidad se manifestarán cada día más. La libertad y la luz son lo que el hombre requiere más que cualquier otra cosa; las necesita más que el aliento. Por eso es miserable cuando está atado y en la oscuridad, y lucha desesperadamente como un pez en la arena por regresar a Dios; que es su hogar, y a la bienaventuranza, que es su elemento. El busca a Dios o a la bienaventuranza (que es otro nombre de Dios) arriba, en el espacio, abajo, en las entrañas de la tierra, solo o en abarrotadas congregaciones, en el silencio o en el mundo; cuando todo el tiempo la fuente misma de dicha está en su propio corazón; pero podrá aprovecharla sólo si sabe cómo morar en la ecuanimidad de la meditación profunda.(3) Todo lo que no esté en el hombre, no puede estar fuera de él. Todo lo que es visible fuera de él no es sino un burdo reflejo de lo que, en realidad, está dentro de él. El Alma es libre. Es pureza, es plenitud. Es ilimitada. Su centro es el cuerpo, pero su circunferencia está más allá del más allá.(4) Ningún otro ser viviente ha sido dotado de inteligencia y de facultad discriminatoria en tan alto grado como para permitir llegar a visualizar al Alma. Es ésta la razón por la cual el hombre ha sido aclamado como la cima de la creación y el por qué los Shastras proclaman que la oportunidad de nacer como hombre constituye de por sí buena suerte. El hombre cuenta con las cualidades requeridas para buscar la causa de la Creación: tiene en sí tanto el impulso como la capacidad para ello.(5) |
(1)La Senda de la Verdad - Sathya Vahini - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Pag. 9 -
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DIOS ES AMOR
CURIOSIDAD
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