VALORES HUMANOS
VALORES HUMANOS: SERVICIALIDAD

DIOS ES AMOR

CONGRESO LATINOAMERICANO DE EDUCACION EN VALORES HUMANOS

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SERVICIALIDAD


"Debes saber, hombre, que Grama Seva es Rama Seva!
Cuando el Amor se desborda, es Rama Rajya
No hay progreso sin Amor
Y sin Servicio no hay esperanza para el hombre".
(1)

Luchen por conocer el Alma, por visualizar a Dios, aún el fracaso en este esfuerzo es más noble que el éxito en cualquier tentativa mundana. El búfalo tiene cuernos, el elefante tiene colmillos, pero, ¡qué diferencia!. Vivir en el cuerpo, con el cuerpo, para el cuerpo, es la vida de un gusano, vivir en el cuerpo con Dios, para Dios, es la vida de un hombre. Las personas tamásicas que odian la actividad, se aferran al ego y a sus parientes y amigos y su amor se limita a estos. Las personas rajásicas, activas, apasionadas, buscan poder y prestigio y aman sólo a aquellos que les ayuden a lograrlos. Pero las personas sátvicas, puras, buenas, llenas de ecuanimidad, aman a todos como personificación de Dios y se dedican al Servicio humilde.(2)
La búsqueda de Dios no implica solamente llevar a cabo bhajans, japa, culto y otras cosas por el estilo. Estos son medios para lograr la concentración mental y dominar los deseos y las aversiones. ¿Por qué habría de clamarse: "Dónde está Dios?" Dios reside en el corazón. Ofrezcan servicio y reciban amor. Y por este medio experimenten la dicha de la Autorrealización.(3)
El Karma Yoga enseña cómo deben llevarse a cabo las acciones. Le permite al hombre reconocer en sí mismo la imagen de lo Divino. La acción justa y el control de los sentidos son esenciales para el cultivo del amor y la bondad universales. Son el cimiento de la vida buena.
La verdad subyacente en el Karma Yoga es la demostración de la unidad que abraza la diversidad en el universo. La acción carente de deseos (Nishkama karma) demuestra y promueve el principio del Amor. No hay sadhana espiritual mayor que el servicio. La tendencia respecto a distinguir entre la senda espiritual, la senda del servicio y la senda del conocimiento y a considerarlas como separadas, es un error. Ellas no son distintas: son una sola. El seva (servicio) es conocimiento espiritual. El seva es el medio primordial para adquirir la Gracia Divina. Sin haber sido devotos seguidores, no pueden llegar a ser líderes dignos. Sin haber sido un Kinkara (el que está dispuesto a realizar cualquier trabajo), no se puede llegar a ser un Sankara (lo Divino). Cada cual debe realizar esta verdad. El servicio a la sociedad es el más elevado bien. Se suma a la alegría de la vida y realza su sabor como la sal.(4)
La filosofía de Sai no consiste en animar a los devotos a sentarse en un rincón, controlar su respiración y entonar permanentemente "Soham!, ¡Soham!, ¡Soham!" ¡Oh Sadhaka! ¡Prepárate para la acción! ¡Lánzate al servicio social!: Este es el mensaje de Sai. No se le debe dar lugar a la pereza y a la indiferencia. Además de controlar sus sentidos deben dedicarse al servicio social. Una vida que no se dedique al servicio es como un templo en tinieblas. Es la morada de espíritus malignos. Sólo la luz del seva podría iluminar al aspirante espiritual.
Es por ello que deben empeñarse en el servicio a sus congéneres, sin ninguna expectativa de recompensa. No desperdicien su tiempo en habladurías inútiles. ¿De qué sirve llenarse la boca con expresiones como que Dios es Omnisciente, Omnipresente y Omnipotente? Y aplauden cuando se usan estos epítetos, sintiendo alegría al oírlos. ¿Cuántos son los que actúan de acuerdo a las palabras que hablan? Es necesario que haya armonía entre lo que se dice y lo que se hace.
Todos los ejercicios espirituales como el japa y el dhyana representan esfuerzos para controlar la mente y prepararla para la jornada hacia lo Divino.
No basta con conocer el camino. Debe recorrerse la senda para llegar al destino. Ese viaje es el servicio a la sociedad. Este servicio debe llevarse a cabo con una conciencia clara de que lo Divino mora en cada corazón, en cada individuo y en cada cosa viviente. Para adorar a este Yo Supremo residente en todos los seres y para experimentarlo, no se requiere de ningún templo ni santuario separado. El cuerpo es, en verdad, el templo de Dios. El Yo eterno reside en este templo del cuerpo como lo Divino que sustenta al jiva (yo) individual. Al olvidarse de esta verdad, los hombres sólo embellecen el templo y se preocupan únicamente de su apariencia exterior. No consideran al Residente Interior básico que es quien lo sustenta todo.
El cuerpo no es lo principal. Lo que importa es el Espíritu que mora dentro. Manteniendo a la vista la meta de la Autorrealización, deben ocuparse de servir hasta que hayan alcanzado el destino. El medio para ello es el servicio desinteresado, dedicado y llevado a cabo con un corazón puro. Cuando la vida entera se dedica a este propósito, puede producirse la directa experiencia de lo Divino. Eviten, hasta donde sea posible, los apegos y las aversiones. Debe realizarse todo esfuerzo posible por mantener incontaminados tanto el cuerpo como la mente.
El hombre puede pretender redimir su vida sólo a través del servicio. No es en verdad un hombre el que no alberga bondad ni amor en sí. La senda hacia la Autorrealización atraviesa por el Amor y el Servicio. El cultivo del Amor representa el primer paso. La Fe constituye la base para el Amor. Cuando se combinan la Fe y el Amor, se logra la Paz. Y en aquella Paz reside la Verdad. La Verdad revela el poder del Sacrificio (thyaga), que es lo único que guarda la llave hacia la inmortalidad.
La confianza en uno mismo representa la base de la fe. ¿Cómo podría tener fe en Dios un hombre que no estuviera seguro de su propio futuro para los próximos días? Unicamente el hombre que tiene fe en sí mismo puede tener fe en Dios. Nara (el hombre) es Narayana y Narayana es Nara. El amor es el lazo que los une a ambos. El aspirante debe emprender la búsqueda de la suprema meta de la vida con el amor como fuerza motivadora y con el seva como medio.(5)



(1) Divinas Palabras - Vol. I - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Pag. 10 -
(2) Mensajes de Sathya Sai - Vol. VI - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Prashanti Nilayam, 24-5-67 - Pag. 51 -
(3) Divinas Palabras - Vol. I - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Pag. 7 -
(4) Divinas Palabras - Vol. I - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Pag. 8 -
(5) Divinas Palabras - Vol. I - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Pag. 9/11 -

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