VALORES HUMANOS
VALORES HUMANOS: PLENITUD

DIOS ES AMOR

CONGRESO LATINOAMERICANO DE EDUCACION EN VALORES HUMANOS

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PLENITUD


"Hijo de las dos Madres, llega a su reinado en
sus descubrimientos del conocimiento, se desplaza en la cima, mora en su elevada fundación"
(1)

Es evidente que resulta positivo amar y adorar a Dios con el objeto de ganar frutos valiosos ya sea aquí o en el más allá, no obstante, puesto que no hay fruto u objeto que sea más valioso o que valga más la pena que Dios mismo, los Vedas nos aconsejan amarlo sin traza de deseo en nuestra mente. Amen, ya que deben hacerlo, solamente por amor al amor; amen a Dios por Sí mismo, ya que todo lo que puede otorgarles valdrá menos que El mismo; ámenlo sólo a El, sin anhelo ni petición alguna.
Dharmaraja le respondió a Draupadi: "Dios es la única entidad que es digna de ser amada. Esta es la lección que nos ha revelado la indagación que desde tiempos remotos han realizado los bharathiyas. Es por esta razón que lo amo a El. Nunca desearé un favor suyo. No rezaré por obtener don alguno. Que El me tenga donde le agrade. ¡La mayor recompensa para mi amor es su Amor. Draupadi!. Mi amor no es una cosa que esté en el mercado".
Dharmaraja entendía que el Amor es una cualidad divina y que ha de ser tratada como tal. El le enseñó a Draupadi que el Amor constituye la naturaleza de aquellos que tienen siempre la conciencia del Alma.
El Amor que tiene el Alma como base es puro y sublime. Sin embargo, como el hombre se encuentra atado por variadas formas de falso amor, piensa de sí que no es más que un individuo aislado y se niega de esta manera la plenitud y la vastedad del Amor Divino. Por ende, el hombre, ha de ganarse la gracia de Dios; una vez que se asegure esta gracia, el jivi o individuo será liberado de la identificación con el cuerpo y se podrá identificar con el Alma. El logro de esta meta se denomina en los Vedas, ya sea como "soltarse de las ataduras" o como "liberación".(2)
Eso es pleno, esto es pleno; cuando a lo pleno, se le quita lo pleno, lo que queda es pleno. La creación es plena; aun cuando se produjo la creación y el cosmos pareció ser producido desde lo Divino, no se produjo una disminución en la plenitud de lo pleno. La plenitud es el atributo, la naturaleza de lo Supremo. No puede ser menguada por el proceso de la creación del cosmos. La creación también es llamada lo pleno, porque provino de lo pleno.
Van al mercado a comprar un kilo de azúcar. El dependiente trae un trozo grande de su provisión y corta una porción que luego pesa y entrega. Probamos un trocito y esperamos que esa porción sea tan dulce como el gran trozo original. Volvemos a casa y cortamos un poco para preparar la dulce bebida que se llama panaka. La panaka es dulce, y el kilo de azúcar, así como el trozo original, son igualmente dulces. La plenitud es cualidad de lo Divino; se encuentra en una porción, tanto como en la mitad o en el todo. El criterio no es la cantidad, sino la calidad. En el mundo visible que ha sido tomado de la sustancia de lo Divino, esta calidad se encuentra en igual plenitud. No debemos considerar al mundo como algo menos que Dios.
Por supuesto hay eruditos que proclaman que el mundo es un cero hueco, que no tiene fuerza ni latente ni potente, y no es más que un sueño y una ilusión. Esto es signo de la ceguera de la ignorancia. Dios está ciertamente en el mundo, dentro y en cada cosa, sin excepción alguna. El Señor dice en el Gita: "Yo soy el hombre entre los seres vivos, la vaca entre los animales, el león entre las fieras, la cobra entre las serpientes, el águila entre las aves, Prahlada entre los Rakshasas", etcétera. No hay cosa que pueda descartarse por no ser digna de Dios. No hay cuerpo que El no active; no hay forma en la que no resida. El es fragancia, fulgor, dulzura y gusto, inteligencia, valor, austeridad, fama, contento; todas las cosas, cualidades deseables y aun las indeseables. Uno puede llegar a una dicha pura sólo conociendo esta gloria universal y global del Señor.
El Universo es el campo en el que Dios juega. Tomen conciencia de este hecho en cada momento y no necesitarán más para una existencia feliz, porque de esta manera tendrán contacto con Dios en cada cosa, a través de cada pensamiento, en cada lugar y en cada momento. Su lilaes evidente en la flor más pequeña y en la estrella más distante. La alegría que pueden extraer de la contemplación de estas pruebas de la providencia será indescriptible.
El Vedanta implica el reconocimiento de todo esto (el idam) como divinamente pleno (purnam) y la dedicación de todos los pensamientos, palabras y acciones a lo Divino.
Las experiencias del estado de vigilia se dejan de lado cuando comienzan los sueños; las experiencias oníricas desaparecen cuando prevalece el sueño profundo. También el ser se pierde en el llegar a ser. Cristo dijo: "La vida se pierde en sueños". No obstante, todo lo que sucede en estos tres estados y lo que se experimenta en ellos, se produce sobre la Verdad básica, es decir, Dios, en la misma forma en que el miedo y la ansiedad y la acción de darle muerte a la serpiente se basaban en la "cuerda" que se había tomado equivocadamente por ella.
Así, el hombre debe escapar a este engaño y alcanzar el estado de la sabiduría plenamente iluminada. La mejor disciplina espiritual que puede ayudarle a lograrlo es el amor. Nutran la minúscula semilla de amor que se aferra al "yo" y "lo mío", dejen que brote como el amor por el grupo que los rodea y que crezca en amor por todo el género humano, extendiendo sus ramas sobre animales, aves y seres que reptan, y dejen que el amor abrace a todas las cosas y seres en todos los mundos. Avancen de menos amor a más amor, desde el amor estrecho al amor expandido. La declaración "De la falsedad a la Verdad" no es correcta; el avance se produce siempre desde menos verdad hacia la Verdad que es Dios.(3)



(1)Rig Veda, III, 55, 7.
(2)La Senda de la Verdad (Sathya Vahini) - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Pag. 14/15 -
(3)Mensajes de Sathya Sai - Vol. IX - Bhagavan Sri Sathya Sai Baba - Pag. 199 -

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