"El antiguo sendero es largo y estrecho - lo palpé, lo descubrí - el Sendero por el cual los sabios, los conocedores del Eterno, alcanzando la salvación, parten por consiguiente al mundo superior del Paraíso"(1) |
Raja Yoga señala el proceso de establecer el dominio sobre la mente. No hay necesidad de que uno deponga el intelecto o siga los lineamientos de algún lider religioso. No hay posibilidad de que uno se desvíe o se equivoque. En cada paso se debe confiar en el intelecto y la experiencia propios, tal como uno los ha ido poniendo a prueba.
Cada ser cuenta con tres tipos de instrumentos para adquirir conocimiento, y, a través de ese conocimiento, sabiduría. El primer tipo es "instintivo" y es muy acentuado, activo y avanzado en los animales. Representa el instrumento más primario, inferior y, por ende, el menos beneficioso de los tres. El segundo es el "racional", el instrumento que va en busca de la causa y de los efectos que resultan de ella. Este es más evidente en el hombre. El instinto puede operar sólo dentro del limitado campo de los sentidos y de las experiencias sensoriales. En el hombre, el conocimiento instintivo está en gran medida subordinado a los instrumentos racionales. Los límites de lo racional son muy vagos; la razón puede extenderse por campos muchísimo más vastos. Pese a ello, la razón no posee más que un rendimiento bastante pobre; sus alcances son limitados. Llega solamente hasta una cierta distancia y no puede aventurarse más allá. El camino que toma la lógica no es recto, sino más bien circular, y la hace retornar una y otra vez al lugar de donde partió. Tomen como ejemplo nuestro conocimiento del mundo objetivo, de los elementos y energías que lo componen. Lo que mueve e impulsa al mundo objetivo y a sus componentes no se queda sólo en ello, sino que absorbe también aquello que es inmanente fuera de él, y así, la extensión a la que la razón puede expandirse y explicar es como la "conciencia" que está aprisionada en la minúscula molécula, en comparación a la vastedad y grandiosidad de la plenitud trascendente. Para que podamos cruzar las fronteras de la razón e internarnos en el pleno y libre ámbito de la intuición, resultan esenciales ciertos ejercicios y disciplinas espirituales. Ellos pueden agruparse bajo la denominación de jñana (conocimiento, sabiduria) impulsado por Dios. Y tenemos sólo tres niveles de jñana: el Sahajajñana (el innato, derivado de los sentidos de acción y percepción); el Yuktiyuktajñana (conocimiento obtenido a través del proceso de discriminación y de evaluación) y el Ishwarapreritajñana (conocimiento inducido por Dios y ganado por gracia mediante la visión interna o intuición). El primero de ellos es el conocimiento que poseen los animales, el segundo es característico del hombre y el tercero es el especial tesoro que acumulan los individuos de almas superiores. Para todos resulta posible buscar, cultivar y desarrollar las simientes de este tercer tipo de jñana, porque es una capacidad latente en todos. Otro hecho que también hay que tener presente es que los tres tipos de conocimiento mencionados representan etapas de desarrollo, de modo que no son niveles de conocimiento mutuamente excluyentes. La última etapa no hace sino confirmar y ampliar las precedentes. Ishwarapreritajñana no contradice a Yuktiyuktajñana, sólo revela lo que en éste permanece inmanifestado. Sin embargo, hay quienes, afligidos por las divagaciones y los caprichos de su mente, toman sus actitudes distorsionadas como dones de Dios o como inducidas por su gracia, e incluso pueden acercarse a otros para aconsejarlos. Ellos hacen que los hombres pierdan su camino al seguir su infructuosa guía. Estos necios declaran que sus absurdas peroratas son inspiradas por Dios. La verdadera enseñanza jamás podrá contraponerse al Yuktiyuktajñana, la conclusión a que se llegue gracias al discernimiento y la evaluación. Todos los yogas mencionados han sido establecidos en consonancia con este punto de vista. El Raja-Yoga debe ser practicado en gran medida por medio de la mente y su determinación.(2) |
(1)Brihadaranyaka Upanishad - IV, 4, 8. -
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DIOS ES AMOR
INTUICIÓN
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